En la actualidad, cada vez más personas plantean adquirir un sistema solar para generar la energía de forma limpia y sostenible, sin embargo, existen todavía mitos arraigados sobre los paneles solares y los fenómenos meteorológicos.
A pesar de lo frágil que pueda parecer la lámina de silicio que corona cualquier panel solar integrante de una instalación de autoconsumo solar, su resistencia está mas que garantizada. Además, de cierta forma, algunos fenómenos meteorológico incluso favorecen este tipo de sistemas.
Las tormentas eléctricas o geomagnéticas son fenómenos ocurridos en el sol por aumentos de emisiones radioactivas. Estas ocurren en la superficie y órbita solar incrementando las emisiones de ondas de choque que afectan la magnetósfera terrestre. Estas inclemencias pueden afectar a satélites y equipos de telecomunicación pero no tienen ningún efecto en los paneles solares.
Una tormenta solar puede darse por una perturbación en la magnetósfera que cubre la Tierra debido a cambios en el sol. Sus causas pueden ser aumentos en los vientos solares o en la eyección de masas coronales.
El incremento del viento solar sobre la tierra, la capa magnética puede comprimirse y alterar la carga eléctrica de esta capa. Estos cambios en la magnetósfera pueden, de forma eventual, causar alteraciones en los sistemas de comunicaciones, en especial radios y radares.
No hay ninguna evidencia concluyente de que pueda haber una perturbación solar lo suficientemente importante como para afectar a los paneles solares. Por otro lado, debemos tener en consideración que los paneles solares funcionan bajo una tecnología de muy sencilla, en la que la transformación de la luz solar en energía eléctrica no existen procesos afectados por la radiación magnética ambiental.
Es un proceso físico en el que la reacción de las células sensibles a la luz activan iones y neutrones creando cargas positivas y negativas. Estas cargas se transfieren a los acumuladores y los inversores a través de la red de cables. Desde ese punto viaja hasta nuestras viviendas, por lo que no hay riesgo de ondas magnéticas ni ningún otro tipo de alteración. De esta forma, la superficie del panel solar es lo suficientemente resistente para soportar el aumento de la radiación solar.