En las altas tierras de los Andes peruanos, las comunidades rurales se unen para cosechar los beneficios de las energías limpias.
¿Podría imaginarse que el sol ayudaría a conservar el agua? Las habitantes de esa zona no solo lo imaginó, sino que llevó a cabo un novedoso sistema de riego que funciona gracias a paneles solares flotantes en el lago de Chullpia. Este es el relato de un ingeniero peruano que encontró en la energía solar la oportunidad para conservar el agua, los pastos y el futuro de la comunidad.
Chullpia es una laguna de casi 500 hectáreas en el distrito de Ocuviri en Puno. ‘Si cruzas la laguna y atraviesas un par de montañas, puedes llegar hasta Cusco’, comenta Silva Caballa, socia de la Asociación Real Chullpia. Puede parecer sencillo vivir en las montañas, pero al contrario. Las alturas de Puno no son para cualquier pensona. Sus habitantes han aprendido a construir sus vidas a pesar de las dificultades propias de una zona que supera 4,400 msnm y donde la temperatura puede llegar hasta los 10 grados bajo cero.
En las tierras del Titicaca, ahora la laguna está haciendo historia. Tras varios meses de trabajo, los habitantes de Chullpia logró construir el primer panel solar flotante en la zona altoandina, un acontecimiento reconocido por la exposición Sun World el año 2019. Se trata de 34 paneles fotovoltaicos que unidos en un soporte de metal y caucho de materiales reciclados, traviesan la laguna atrayendo los rayos de sol a diario. Los paneles solares generan la energía a un motor que al mismo tiempo permite llegar los 11 depósitos construidos alrededor de Chullpia. Esta agua se utiliza para regar hasta 30 hectáreas de pastos en altas zonas de la laguna y funciona durante todo el año. Con este sistema y gracias a los conocimientos de la población que vive en la zona los pastos se mantienen verdes en la época seca, el suelo se enriquece y la gente vive con más calidad.
No hay muchos lugares donde está habilitado para vivir de la crianza de alpacas y de la pesca al mismo tiempo. Chullpia se trata de uno de ellos. Su agua nutren el suelo aledaño y garantiza que crezca una variedad de pastos que se transformarán, en última instancia, en alimento de las alpacas, llamas y vicuñas que viven en esas tierras. Igual que esta comunidad, otros 2 millones de peruanos, principalmente habitantes de las zonas rurales sin electricidad, según el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin).
Además, el cambio climático es uno de los más grandes retos a los que nos enfrentamos a día de hoy: lluvias fuera de tiempo, heladas y sequías que van en aumento. Por otro lado, algunas prácticas poco sostenibles en la crianza de animales y en la agricultura han ido deteriorando progresivamente los suelos, haciendo disminuir su productividad.
Esta prometedora idea, que se llevó a cabo en 15 meses de duro trabajo, es una de las 32 iniciativas del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD) está acelerando a través de inversiones en soluciones basadas en el medio ambiente. Con ello se consigue impulsar el potencial de las diferentes zonas y el ingenio de las diferentes personas que se implican para superar estas dificultades. La comunidad de Chullpia pudo realizar sus sueños y junto a ello, inspirar a otras comunidades a lograrlos.